Estamos ya en terreno electoral, y todos los partidos están en sus camerinos poniéndose sus mejores galas para salir a escena. De entre todo el cartel del festival, algunos participantes son más aclamados que otros, pero en esta edición con la peculiaridad de que los que se suponían cabezas de cartel están atrayendo menos público que alguno de los teloneros, si me permiten la metáfora. Como siempre, la diferencia está en el sonido.
La legislatura ha sido dura en lo político y en lo económico, y la emergencia de nuevas fuerzas políticas ha llegado a ser incluso abrumadora para el votante, tradicionamente alineado en un único eje izquierda y derecha en la mayor parte del país. Muchas de estas fuerzas no han venido a ocupar un nuevo espacio político, sino a disputar el existente a fuerzas que ya existían, y que cuya imagen se ha visto deteriorada con los resultados de la crisis. Sin embargo, entre todas las fuerzas, cabe destacar la incursión potente de Ciudadanos en el panorama político.
Hay muchos factores que llevan a esta formación a conseguir lo que ninguno de los otros partídos emergentes ha llegado a lograr: hacer frente de tú a tú a los dos grandes partidos.
· El primero de los factores es que, tal vez junto con VOX, son el único partido que ha venido a ocupar un espacio político relativamente vacante en el espectro ideológico español, que sí tiene representación en otras democracias europeas. Aunque con cierta tibieza en ocasiones, se situan en el centro-derecha liberal que, previamente, tan sólo era un ala del PP, liderado además por viejos halcones que los tiempos han demostrado que de liberales tenían poco.
· El segundo factor es una muy buena combinación de gente conocida y gente jóven y nueva, dejando a estos últimos liderar el partido. Ocupando el mismo espacio político que pretendía ocupar UPyD, el partido de Albert Rivera se ha diferenciado de estos en una evidente juventud que transmite una frescura que difícilmente podía verse en Rosa Díez, quien finalmente dio la puntilla final a un partido que sí tuvo su oportunidad con un exceso de ego y amor por el sillón.
· El tercer factor es la transmisión de un mensaje compacto y una serie de propuestas muy concretas sobre asuntos que preocupan a toda la población. Tratan temas con la habilidad de mojarse y proponer recetas concretas, y sin embargo, sin caer en demasiadas contradicciones. Incluso hasta el punto de proponer cambios de entrada impopulares, pero en general no exentos de cierta sensatez, si son bien explicados. Esa habilidad de mostrarse, al menos en apariencia, sinceros y concretos, convence a mucha gente cansada del “mejoraremos”, “apoyaremos”, “nos esforzaremos en” sin añadir un detalle del qué y el cómo y, ya puestos, el cuánto.
Contrasta con el panorama en sus principales competidores. El PP sólo puede defenderse con el “España ha superado la crisis gracias a nosotros”, ya que sus propuestas, a la vista del cumplimiento de su programa electoral de 2011, resultan papel mojado al electorado. El PSOE ha perdido por completo su espacio, hablando de debates y de inconcreciones que exasperan al votante de izquierdas que quiere saber qué se va a hacer con su voto, y que espera medidas profundas de regeneración democrática que el partido anuncia con la boca pequeña y que vende más con fichajes que con propuestas. Muchos delanteros y pocos goles. Podemos por su parte, como el cuarto en discordia, pese ha haber hecho un esfuerzo por ofrecer una visión compacta de su proyecto, ha realizado tal viraje ideológico que ha despistado a su potencial electorado, y ha hecho ver también poco creíbles sus propuestas y, muy en especial, la capacidad de sus líderes para ejercer la responsabilidad de gobernar. El mensaje de la casta, el cambio y la gente no es capaz de mantener el buque a flote, ni siquiera con fichajes estrella, aunque la campaña está abierta y la formación ha demostrado una gran habilidad política en el pasado.
Independientemente de si se está de acuerdo o no con las propuesas de la formación naranja, lo cierto es que han construido un proyecto que a buena parte del electorado le ha resultado apetecible, llenando un espacio político ocupado previamente con poca convicción por el ala blanda del PP, y por el ala liberal del PSOE y sus terceras vías. Un mensaje que se ha sabido diferenciar del de sus contendientes sin llevar las cuestiones a extremos, sin maximalismos y con el pragmatismo por bandera, junto a un liderazgo potente han conseguido, al menos hasta la fecha, abrir una verdadera brecha en el panorama electoral y en la potencial distribución del congreso.
Con todo, no sería la primera vez en España que un partido parece que va a comerse el mundo y finalmente consigue un resultado discreto. Todo son especulaciones, pero las sensaciones son claras. Los resultados, el 20 de Diciembre en sus televisores.